En el interior de la provincia de Cádiz, en el entono de la Sierra de Grazalema, se localizan algunos de los pueblos más bellos de Andalucía. En ellos se fusionan a la perfección la naturaleza, con las construcciones levantadas por el hombre. Las casas encaladas brillan por su blancura entre paisajes en los que se combinan formaciones rocosas con el verde de la vegetación.
¿Cuáles son los pueblos blancos de Cádiz?
Los Pueblos Blancos de Cádiz son un conjunto de 19 localidades ubicadas en el interior de esta provincia andaluza. Se conocen como Pueblos Blancos debido a la costumbre que tienen sus habitantes de blanquear con cal las paredes exteriores de sus casas. La espectacularidad de sus paisajes y sus carreteras repletas de curvas despiertan un gran atractivo para recorrerla a los mandos de una moto, que la hace aún más fascinante. Eso sí, siempre será recomendable llevar un traje de agua, para protegernos en el caso de que llueva, y tener en cuenta algunos consejos antes de emprender la marcha.
Si nombramos por orden alfabético las localidades que componen los Pueblos Blancos de Cádiz, nos encontramos con Algar, Algodonales, Arcos de la Frontera, Benaocaz, Benamahoma, Bornos, El Bosque, El Gastor, Espera, Grazalema, Olvera, Prado del Rey, Puerto Serrano, Setenil de las Bodegas, Torre Alháquime, Ubrique, Villaluenga del Rosario, Villamartín y Zahara de la Sierra.
Ruta en moto por los pueblos blancos en 2 días
No hay una ruta marcada como tal que recorra los 19 pueblos que componen esta zona. En el momento de preparar la ruta, hay libertad a la hora de elegir dónde empezar y dónde terminar, así como cuántos días emplear. Tampoco es obligatorio visitar las 19 localidades. Nosotros hemos realizado una ruta de dos días, accediendo a la provincia de Cádiz desde la ciudad malagueña de Ronda y, tras haber recorrido un total próximo a los 300 km, hemos llegado a Arcos de la Frontera, que al igual que Ronda, está reconocida como una de las localidades más bellas de España.
Durante la ruta no nos hemos detenido en todos los pueblos por los que hemos pasado, pero sí que te vamos a recomendar que te detengas en algunos para que disfrutes de dos jornadas muy entretenidas y buenos sitios para comer. Del mismo modo, entre paréntesis, te indicamos las carreteras que hemos recorrido para ir de un pueblo a otro. Asimismo, si te gusta “perderte” con tu moto por carreteras de tercer y “cuarto” orden, la ruta de los Pueblos Blancos puede dar para más, e incluso la puedes extender y aventurarte por los Pueblos Blancos de Málaga que, igualmente, poseen un atractivo indiscutible. Otra extensión de la ruta puede ser el Parque Natural de los Alcornocales, que linda al sur con las localidades de Ubrique y Benaocaz, que sí están incluidas en nuestra ruta.
Día 1: Ronda, Grazalema, Ubrique
Recorrido: 157 km, 3 h 34 min
Ronda (A-374 y A-2300) – Zahara de la Sierra (CA-9104) – Puerto de las Palomas (CA-9104 y A-372) – Grazalema (A-372) – Benamohama (A-372) – El Bosque (CA-6107, A-2201 y CA-503) – Venta Puerto de Gáliz (A-375 y A373) – Ubrique
El punto de partida que hemos escogido para la ruta de los pueblos blancos de Cádiz es Ronda, ciudad que destaca por su ubicación, sus maravillosas vistas panorámicas y la espectacular Serranía de Ronda que la envuelve. El Parador de Ronda es un lugar muy adecuado para pernoctar, para poder visitar su casco antiguo, que data aproximadamente del siglo XV –época en la que Ronda estuvo dominada por los árabes– y disfrutado de las espléndidas vistas del llamado Puente Nuevo –un puente de piedra que se extiende sobre el desfiladero–. Recomendamos probar su queso de cabra, uno de los alimentos más típicos de esta localidad, además de sus característicos los platos realizados con distintas carnes procedentes de la caza (venado, faisán, jabalí…).
Emprendemos la marcha en dirección a Zahara de la Sierra, uno de los pueblos más bonitos de Cádiz, ubicado a las faldas de la sierra del Jaral. Sus casas blancas están situadas sobre una suave colina, en cuyo alto asoman las ruinas de lo que fue una poderosa fortaleza nazarí construida en el siglo XII. Aunque el camino de ascensión es empinado, las vistas que hay desde arriba hacia el embalse de Zahara-el Gastor son espectaculares. También es recomendable visitar la iglesia barroca de Santa María de Mesa, la capilla de San Juan Letrán o la torre del Reloj. Y si es verano, las aguas turquesas del embalse son perfectas para refrescarse. De hecho, otro atractivo de la localidad es la playa artificial preparada junto al citado embalse. Por otro lado, las tortillas y los guisos con espárragos, son algo muy típico de esta localidad. Para los senderistas existen varias rutas, todas de excepcional belleza, como la del Puerto de las Cumbres a Pinsapar o la del Puerto de los Acebuches a Llanos del Revés, entre otras.
Seguimos la ruta en dirección a Puerto de las Palomas, el puerto de montaña más famoso de la Sierra de Grazalema. La subida desde Zahara de la Sierra se realizad por la por la CA-9104, una carretera muy sinuosa con fuertes pendientes en algunos tramos, por lo que es muy entretenida para recorrerla en moto. De hecho, este puerto es recordado porque hubo ciclistas que se negaron a subirlo en alguna Vuelta Ciclista a España celebrada en los años 80, cuando era considerado de categoría especial. Aunque con respecto a la altura que hay al coronar el puerto hay discrepancias, los más doctos en la materia aseguran que esta es de 1.189 m sobre el nivel del mar. Junto a su alto hay un mirador que bien merece una parada para observar las maravillas del entorno y el sinuoso trazado de la CA-9104.
La siguiente parada es Grazalema, antes de llegar al cruce de la C-3331 con la A-375 (Jerez-Cortes km 65), donde se encuentra la Venta Puerto de Gáliz, también llamada de Galis. Es una típica venta de carretera ubicada dentro del término municipal de Jerez de la Frontera, aunque se encuentra a 65 km de esta localidad gaditana. También es muy cercana a la provincia de Málaga y tampoco dista mucho de Sevilla, por lo que es un lugar de encuentro de motoristas llegados desde distintos puntos de Andalucía, principalmente para desayunar o almorzar sus bien elaborados molletes y variadas tostadas. La C-3331 es un puerto de montaña de la Cordillera Penibética.
Junto a la misma venta sale la A-375, una interesante carretera que te lleva a Ubrique y al Parque Sierra Grazalema. Ubrique, considerada ciudad al contar con 16.000 habitantes censados, tiene una situación privilegiada. Sus casas blancas se agolpan bajo el peñón de la Becerra y entre dos parques naturales, el de la sierra de Grazalema y el de Los Alcornocales. Por un lado, de su origen romano se conservan restos de una antigua calzada y de la antigua ciudad de Ocuri. Por otro, de su pasado árabe perdura su enrevesado trazado urbano, así como vestigios de un antiguo castillo.
Siglos después se alzarían joyas arquitectónicas como la iglesia de Santa María de la O y el convento de Capuchinos, que hoy alberga el Museo de la piel, una exposición dedicada a la artesanía de la piel, algo por lo que Ubrique es mundialmente conocida. Los quesos de cabra payoya y de oveja merina son también célebres, aunque igualmente son típicos de otros pueblos de la Sierra de Cádiz.
Día 2: Ubrique, Setenil de las bodegas, Arcos de la Frontera
Recorrido: 142 km, 2 h 43 min: Ubrique (A-374) – Benaocaz (A-374) – Villaluenga del Rosario (A-372, A-374, MA-8407 y CA-4223) – Setenil de las Bodegas (CA-9120 y CA-9106) – Olvera (A-384) – Villamartín (A-384) – Arcos de la Frontera
Partimos de Ubrique en dirección Benaocaz, un pueblo pequeño fundado por los árabes en el siglo VIII y construido al amparo del que es conocido como Castillo de Aznalmara o de Tavizna. Por un lado, pertenece al Parque Natural de la Sierra de Grazalema y por otro al Parque Natural de los Alcornocales, por lo que se puede decir que su situación es privilegiada. Está declarado como Conjunto Histórico y muestra de ello son las calles estrechas de su barrio Nazarí, que aún conservan su antiguo empedrado. El estilo árabe de esta parte contrasta con las casas señoriales que fueron construidas en el siglo XVIII. Al pasar por Benaocaz podemos visitar el museo histórico de la Sierra de Cádiz. También es posible dar un paseo por la calzada romana que nos puede llevar hasta Ubrique.
Dejando atrás Villaluenga del Rosario llegamos a Setenil de las Bodegas. Su particular arquitectura asombra a todos sus visitantes. Sus casas cueva excavadas en la roca y el entramado urbano, en algunos momentos parecen casi imposibles. Todo está hecho para adaptarse a una orografía singular moldeada por las hoces del río Trejo. Su antigua fortaleza almohade y la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación destacan en lo alto de un promontorio, en cuya ladera está construida la mayor parte de esta increíble localidad. Perderse por sus callejuelas y pasear, literalmente, bajo una gran roca, es otro de los grandes atractivos de este pueblo. Entre sus productos más representativos destacan la panadería, los dulces y el aceite de oliva virgen extra.
Seguimos sumando kilómetros hasta llegar a Olvera, reconocido en varias ocasiones como uno de los pueblos más bonitos, no solo de Cádiz, sino de Andalucía. Está construido sobre tres cerros y en lo más alto de dos de ellos existen magníficas construcciones. En uno está el conocido como castillo árabe y en otro la imponente iglesia de la Encarnación, levantada en el siglo XVIII. El pasado musulmán de la localidad se puede recordar al pasear por las callejuelas estrechas y escalonadas de su barrio de la Villa.
Olvera está rodeada de extensos olivares. De ahí que su principal actividad económica está centrada en el olivo y en el exquisito aceite que produce bajo la denominación Sierra de Cádiz. Otro gran atractivo de la localidad es que hasta ella llega la Vía Verde de la Sierra, una ruta senderista de 36,5 km realizada sobre un antiguo trazado ferroviario y que parte desde otra localidad llamada Puerto Serrano. Esta es la única ruta declarada de interés turístico en Andalucía.
El punto final de nuestra ruta es Arcos de la Frontera. Otra bella ciudad con más de 30.000 habitantes en la que es fácil encontrar un lugar para pernoctar. Está encaramada a una colina sobre un meandro del río Guadalete y tal es su altura, que es fácil sentir vértigo al asomarse “al vacío” desde algunos de los miradores de la ciudad. Muchos dicen que es la mejor puerta de entrada a los Pueblos Blancos de Cádiz, aunque en esta ocasión la hemos escogido como puerta de salida.
Entre sus numerosas construcciones antiguas destacan el Castillo de los Duques, la antigua fortaleza árabe, la iglesia de San Pedro o la basílica menor de Santa María de la Asunción, de origen mudéjar. Esta basílica preside la plaza del Cabildo y en ella se descubre tal vez el mejor mirador de la localidad. Arcos de la Frontera destaca por su variada artesanía, entre la que destaca la producción textil, con alfombras que gozan de un gran prestigio internacional y que, en algunos casos, están elaboradas con telares que datan del siglo XVIII. La cerámica es otra de las protagonistas de la artesanía local, al contar con varios talleres de alfareros. Y al igual que sucede en el resto de los pueblos serranos, los embutidos tienen también su protagonismo en Arcos de la Frontera.
Datos Curiosos de la ruta de los pueblos blancos
El nombre de Pueblos Blancos surge, como decimos, de la técnica de encalar el exterior de las viviendas. Se realiza principalmente para aislar del calor y que en verano los rayos del sol reboten en buena medida, logrando así que los muros se calienten menos, manteniéndose más fresco el interior de las moradas. Pero además de ofrecer alivio del calor, otra función que tiene la cal es la de proteger de la humedad, porque, aunque parezca increíble, en algunos de los Pueblos Blancos de Cádiz llueve en abundancia.
Como reflejan los datos, está demostrado que el Parque Natural Sierra de Grazalema, enclavado al noroeste de la provincia de Cádiz y dentro de la Serranía de Ronda, ha llegado en más de una ocasión a tener el índice de pluviosidad más alto de toda España. Algunas veces se han llegado a registrar más de 2000 mm de precipitación anual, lo que equivale a más de 2000 litros/m², una cantidad de agua muy elevada. Además, en la localidad de Grazalema la temperatura máxima rara vez supera los 32 °C y, por otro lado, pocas veces baja de 0 °C, lo que convierte a la zona en un auténtico vergel repleto de abetos, encinas, alcornoques, quejigos, algarrobos…
Grazalema, el pueblo más pequeño de la ruta
Enclavado en una de las partes más montañosas de la Serranía de Ronda y en pleno centro de la reserva natural Sierra de Grazalema, está arropado por los peñascos de la sierra a la que da nombre y su imagen es de esas que denominamos “de postal”. El mejor lugar para admirarla es el mirador de los Asomaderos o el de los Peñascos., Grazalema es un magnífico punto de partida para los amantes del senderismo, ya que se pueden recorrer andando los múltiples senderos de su sierra. En su plaza mayor se alza la iglesia de Nuestra Señora de la Aurora y junto a ella podemos beber agua de manantial en una fuente medieval.
La gastronomía es otro de sus puntos fuertes. La miel y su típico queso payoya son dos productos que dan fama a la localidad. La sopa de ajo, la sopa de Grazalema o las carnes procedentes de la caza, son los platos más tradicionales que se pueden degustar en sus restaurantes.
La resistencia de «El Bosque»
Si decides hacer la ruta en otoño, apunta que cada tercer fin de semana de noviembre, la localidad de la Sierra de Cádiz escenifica los enfrentamientos con el ejército francés en la Guerra de la Independencia, unos hechos que motivaron su posterior reconocimiento como Villa en 1811. Se trata de una imagen detenida del tiempo, gracias a brillantes representaciones teatrales de los bosqueños y bosqueñas reviviendo lo ocurrido hace doscientos años, con sus vecinos ataviados de época y enfrentados a las tropas napoleónicas.
Soy de América y me apasiona las motos y rutas recorri mi país en una cbr250r y luego una r3 pero mis responsabilidades paternas me obligaron a venderlas, seria un sueño divino recorrer las carreteras de la madre patria y más aún volver a tener una moto. Éxitos en sus rutas y deseo que disfruten cada kilometro al 100% con la responsabilidad y el cuidado necesario. Definitivamente de haber sabido que me tendría que bajar de mis motos hubiera recorrido toda la carretera panamericana antes. Disfruten todo lo que puedan.