Combinando la realidad de que «conducir motos” y «saber conducir motos” son dos conceptos distintos, y la máxima de «nunca se deja de aprender”, te vamos a contar algunos secretos para lograr trazadas perfectas con tu moto.
Como las propias motos deportivas a lo largo de las últimas décadas, las trazadas en circuito o carretera también han experimentado una metamorfosis. A medida que los motores han ido ganando potencia, tanto en las motos de competición como en las de calle comenzaron a emplearse neumáticos traseros más anchos.
Si antes las trazadas habían sido mucho más lineales, el aumento de potencia y las gomas de ancha sección han ido moldeando trazadas menos redondas que sacrifican la velocidad en la entrada de la curva para retrasar en lo posible el ápice de ésta y levantar la moto inmediatamente acelerando lo antes posible. Con esta técnica también se obtiene un beneficio adicional, ya que se pasa el mínimo tiempo posible con la moto inclinada. Retrasar el ápice, además, permite maximizar la visibilidad antes de abordar las curvas, lo que fuera de los circuitos también constituye una impagable ventaja.
Por descontado, resulta imprescindible mantener los neumáticos de tu moto en óptimo estado. Según el tipo de goma y su orientación de uso, los fabricantes ofrecen previsiones certeras sobre desgaste y duración. Circular sobre las presiones adecuadas también es importante. Dependiendo de la moto en cuestión, o si ruedas por carretera o circuito, así como tu ritmo de conducción, se aconsejan unas u otras presiones. Consulta a un especialista sobre tu caso en particular.
Una de las principales causas de desgaste anómalo en un neumático se da en las grandes motos deportivas, mayormente. Debido al ritmo lógico y la debida precaución en cuando se circula en vías públicas o largos tramos rectos en carretera, a menudo los neumáticos pueden comenzar a «cuadrarse”, es decir, a degradarse en mayor medida por la banda de rodadura, afectando especialmente a la parte central. Si llevas este desgaste al límite, puedes llegar a percibir el «escalón” al realizar trazadas, lo que supone un punto de incomodidad y posibilidad de ser víctima de un movimiento extraño de la rueda. Si tu neumático comienza a cuadrarse, es algo que comprobarás a simple vista.
Cuando hablamos de trazadas, hay que mencionar que los errores más comunes se quedan a menudo en un susto, pero si sabes lo mínimo sobre motos, también tienes claro que un error de ese calibre en según qué circunstancias puede tener consecuencias mucho más serias.
Los fallos de cálculo más típicos en las trazadas tienen su origen antes de abordar el viraje. Uno de ellos consiste en entrar a velocidad excesiva, lo que obliga a frenar con urgencia en un punto más próximo al ápice. Si no consigues reducir la velocidad a tiempo, es probable que te salgas de la curva. Si no viene nadie de frente, habrás tenido muy buena suerte.
Otro de los errores se manifiesta cuando se frena demasiado pronto y se anticipa la búsqueda del ápice de la curva, lo que probablemente te obligue a salir abierto; cruza los dedos para que no venga nadie de frente cuando invadas su carril circulando en sentido contrario.
Si en circuito cuentas con un eficiente cuerpo de comisarios encargado de garantizar un óptimo estado de la pista, eso no ocurre en las vías públicas.
Haya lo que haya sobre en el asfalto, la mejor garantía para tu seguridad a la hora de trazar casi siempre va a estar en ti mismo. Refina tus trazadas en lo posible, es algo que uno debe tomarse en serio. Si no tienes mucha experiencia recurre a los cursos de perfeccionamiento de conducción. Hoy en día casi todos los grandes fabricantes organizan los suyos. Vas a conocer a gente con mucha más experiencia y el conocimiento que te transmitan te ayudará mucho.
Jamás confíes en un perfecto estado de la vía por la que circules. Como hemos mencionado ya, sacrificar velocidad en la entrada de la curva te dará un tiempo vital para saber que todo está en orden. Tampoco olvides que en curvas enlazadas, los errores que cometas en la trazada de la primera se irán acumulando y poniéndote las cosas más difíciles en las siguientes.
Controlar una situación adversa y corregir una trazada es algo que no se aprende a la primera. Las situaciones de emergencia requieren temple y confianza en los frenos y los neumáticos. La serenidad y la experiencia para saber reaccionar en la justa medida para mantener el equilibrio, reducir la velocidad y evitar un desastre mayor, es algo que se adquiere con la práctica.
En el libro «Conducción deportiva de motocicletas” (Josep María Armengol, Libros Cúpula), el ex piloto Álex Crivillé habla así sobre su técnica: «Para trazar bien, hay que trabajar la vista y manejarla para que nos ayude. Cuanto más deprisa estemos yendo, más lejos habrá que tenerla fijada, pero sin dejar de dar rápidos vistazos a lo que tenemos delante, por donde van a pasar las ruedas. Así es como consigues apurar hasta el último milímetro del asfalto disponible en circuito, incluso en curvas rapidísimas donde parece imposible tener tanta puntería. En carretera no hay que apurar tanto, desde luego, pero esos vistazos son muy importantes porque te permiten descubrir esa gravilla en la parte interior por donde ibas a pasar, o aquella mancha sospechosa. La mirada lejana te permite hacer buenas trazadas que no te metan en líos».
¡Buen viaje y buenas trazadas!
Foto cabecera: Repsol