Algún día todos perteneceremos a una asociación como ésta. En 1995, el Gobierno regula el uso de vehículos a motor por los caminos que dependen del Estado. Así nace en Noviembre de 1996 la Asociación de Usuarios de la Moto Verde (AMVER). Un colectivo amante de la moto de montaña que, consciente de la importancia del cuidado del ecosistema, decide organizarse.
Su objetivo siempre ha sido el de tender puentes entre todos los implicados buscando puntos de encuentro entre usuarios, fabricantes, distribuidores, talleres, tiendas, federación y prensa.
La idea general en aquellos inicios fue la de hacer frente al cierre de puertas al uso de la moto “off-road” interviniendo en la legislación vigente y participando en el desarrollo de nuevos proyectos legislativos que lograsen ser satisfactorios para todos.
Pero AMVER va más allá de la representación política de los usuarios “verdes” ante administraciones, entidades públicas y foros de opinión. Se esfuerzan en concreto en “mejorar la posibilidad de poder circular en moto por la mayor parte de los caminos de España”, y en “hacer compatible el uso de la moto de montaña con el medio ambiente natural”. Una reto interesante y necesario para preservar la práctica de un deporte que nos ha hecho punteros a nivel mundial como el Trial, por ejemplo.
También promueve “una buena imagen pública y publicada del colectivo de motociclistas de campo”, y entiende como adecuado el “dialogar de modo constructivo con otros grupos que utilizan también el campo para sus actividades de ocio y deportivas”.
Evidentemente, AMVER compromete también a sus propios usuarios en el cumplimiento de una serie de normas acerca de cómo utilizar las motos de campo en el medio natural. Así mismo, también se esfuerza en difundir entre sus miembros y entre la sociedad, la idea de un uso responsable de la “moto verde”.
Gracias a sus más de 15.000 asociados y con la participación de fabricantes, distribuidores, el apoyo de pilotos profesionales y de los medios de comunicación especializados, AMVER ha logrado convertirse en una referencia entre el colectivo de usuarios de vehículos “off road”. Una tendencia necesaria de la que todo el amante del motociclismo de montaña debería tomar partido.
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